miércoles, 5 de mayo de 2010

REFLEXIONES

El mundo en el que vivimos es un enorme YIN y YANG, dos partes que configuran un todo único e indivisible, dos mitades que se pueden diferenciar únicamente para comprenderlas, pero que no tienen existencia independiente.

Para ver la luz hace falta la oscuridad, entiendes... las cosas solo son si existe lo opuesto y esto es así con la luz y la oscuridad, con el día y la noche, con lo masculino y lo femenino con la fuerza y con la debilidad.

Esto es así en el mundo exterior y por supuesto también en el mundo interior.

¿Como podríamos percibir nuestras partes más fuertes, si no existieran dentro de nosotros debilidades?

¿Como podríamos aprender sin nuestra ignorancia?

¿Como podríamos ser varones o mujeres si no existieran mujeres y varones?

Y aun mas ¿cómo pensar que nacemos cien por cien niños o niñas, si llevamos en cada célula de nuestro cuerpo un 50% de información de un sexo y un 50% de información del otro?

Todas nuestras cualidades, condiciones, virtudes y defectos están en nosotros emparejados con sus correspondientes opuestos, quiero decir... ninguno de nosotros es solo bueno, ni solo inteligente, ni solo valiente, nuestra bondad, nuestra inteligencia o valentía coexisten siempre
con nuestra maldad, nuestra estupidez y con nuestra cobardía.

Todos hemos oído decir, que los que se sienten superiores y tratan de demostrarlo, en realidad se creen inferiores, pues es cierto, y exactamente lo mismo, sucede con el resto de nuestras características, cuando un rasgo se manifiesta por encima de los demás, no siempre es síntoma de que en nosotros predomina ese rasgo, sino de que muchas veces ese predominio es solamente la expresión de un gran esfuerzo por esconder la otra polaridad
por evitarla por resistirse a ella, por reprimirla...

Me atrevería de decir que esa buena persona que tú conoces, tuvo que hacer algo con esa mala persona que también anida en él, y que eso que hizo no fue gratis, y tuvo un enorme coste para el, quizás lo que te estoy diciendo es que lo importante es saber qué cosas escondo y para que lo hago.

ESTA REFLEXION LA ENCONTRARAN EN EL AUDIO LIBRO DE JORGE BUCAY

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